Herodes Agripa, también conocido como Agripa I, fue un rey judío que gobernó durante el primer siglo d.C. Fue miembro de la dinastía herodiana y se le considera un personaje importante en la historia del antiguo Israel.
Herodes Agripa nació alrededor del año 10 a.C. Era el nieto de Herodes el Grande, el famoso rey que gobernó Judea durante el tiempo del nacimiento de Jesús. Agripa pasó su juventud en Roma, donde fue educado y trabó amistad con miembros de la familia imperial romana.
En el año 37 d.C., el emperador romano Calígula nombró a Agripa rey de los territorios de Filipo y Lisanias, y luego en el año 41 d.C., le concedió el título de rey sobre Judea y Samaria, convirtiéndolo en el gobernante de un territorio mucho más extenso.
Durante su reinado, Herodes Agripa trató de ganarse el favor de los judíos, demostrando su devoción hacia el judaísmo y reconstruyendo el Templo de Jerusalén. Se le atribuye la realización de algunas reformas en beneficio del bienestar de su pueblo.
Sin embargo, Agripa también fue conocido por su gobierno opresivo y su persecución contra los seguidores de Jesús. En el libro de los Hechos de los Apóstoles, se narra cómo ordenó la ejecución de Santiago, uno de los discípulos de Jesús, y encarceló a Pedro con la intención de hacer lo mismo. Según la tradición, Agripa murió poco después de que un ángel lo castigara con una enfermedad mientras pronunciaba un discurso y fue devorado por gusanos.
Herodes Agripa tuvo un hijo llamado Herodes Agripa II, a quien le fue dado el gobierno de algunas regiones después de su muerte. El legado de Agripa I fue controversial, y su reinado marcó un período de tensión y conflicto en la región de Judea.
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